Meditación, una
pausa para avanzar en el camino de la docencia
13/04/2023 Stephanny Díaz Pérez
Además, con lo frenético que puede resultar el
ritmo de vida hoy en día, te será valioso disponer de un momento para hacer una
pausa y así reconectar con tu cuerpo, con tu mente y con la vida en general,
desde la calma y la quietud. Así, podrás afrontar de forma distinta las
situaciones cotidianas y los desafíos que se presenten en el aula.
¿Qué
esperar de la meditación?
Si bien se trata de una experiencia única para
cada persona, al iniciar la práctica, es importante que sepas que se van a
despertar en ti sensaciones, emociones y pensamientos que probablemente sueles
evitar o negar en el día a día.
Un aspecto fundamental de la práctica es centrar
tu atención en la respiración, lo que te ayudará a crear un espacio tranquilo
en tu mente, en el cual vas a experimentar el flujo de dichas sensaciones y
descubrirlas como pasajeras.
Además, disminuye la frecuencia cardiaca, mejora
la calidad del sueño y el funcionamiento del sistema inmunológico, por lo que
beneficiará a tu estado de salud en general. Por otro lado, como docente, no
solo observarás cambios en ti sino también en tus estudiantes, ya que su
desempeño y desarrollo no solo depende de las prácticas pedagógicas que
implementes, sino también de tu presencia y del clima afectivo en el aula.
Si tus alumnos perciben que les tratas con
empatía, serenidad, entusiasmo y calidez, tus estudiantes tendrán mayor
confianza tanto en ti como en sí mismos(as) y en sus habilidades, desarrollando
también estas cualidades al momento de vincularse con otras
personas.
¿Quieres
meditar?, te damos unos tips:
Contar
con un espacio tranquilo y
neutralizar en lo posible aquellos elementos distractores que puedan estar en
el ambiente.
Sostener
la postura corporal, por lo que esta
debe ser lo más cómoda posible. Para ello, puedes sentarte en una silla que
ofrezca apoyo para la espalda y dejar tus manos reposando sobre los muslos.
Respirar
profundamente y de forma pausada,
inhalando y exhalando lentamente por la nariz, llevando el aire a la zona del
abdomen y utilizando el diafragma para expandir los pulmones.
Centrar
la atención, bien sea en la
respiración y la postura corporal, en el mantra o en la imagen que uses para la
visualización.
Mantener
una actitud de apertura ante la propia experiencia, permitiendo que las emociones y pensamientos fluyan
sin juzgarlos, detenerlos o aferrarlos.
Dedicar
al menos 10 minutos a la práctica, ya
que en menos tiempo tu cuerpo y tu mente no se relajarán lo suficiente como
para observar efectos significativos.
Con estas consideraciones básicas, puedes
empezar tu práctica ahora mismo, pues la meditación no requiere de algún equipo
o material especial. Es una actividad low cost. Simplemente, recuerda que la
experiencia de cada practicante es única. ¡Déjate llevar!
y éxito....
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